lunes, 12 de julio de 2010

¡¡¡Somos Campeones del Mundo!!!

Ni en mis mejores sueños podía imaginar que iba a ver a nuestra selección ganar un Mundial de fútbol. Muchos campeonatos hemos tenido que sufrir para llegar a esto. Cuántos recuerdos nefastos llenan mi cabeza de Mundiales tirados a la basura. Cardeñosa y su no-gol en Argentina 78; el desastre de España 82; el penalty de Eloy en México 86; la suerte de Yugoslavia en Italia 90; el codazo de Tassotti a Luis Enrique en USA 94; la gran cagada ante Nigeria con cantada de Zubizarreta incluida, en Francia 98; el cabrón de Al-Ghandour y su mierda de arbitraje en Corea-Japón 2002; el baño que nos dio Francia en Alemania 2006.
Así que pensaba que éste Mundial iba a ser igual. Nos mandarían a casa jugando como nunca y perdiendo ... como siempre. Pero no; esta vez la cosa ha cambiado. Hemos jugado menos bien que otras veces y en cambio, hemos ganado. Por fin, el sueño se ha hecho realidad. Recuerdo que hace 32 años le pregunté a mi padre si España podía ganar el Mundial de Argentina; él me miró y se dibujo en su boca una pequeña sonrisa socarrona y me dijo: "Nunca se sabe". Con el paso del tiempo comprendí que lo que me quería decir era que ni de broma. En aquella época era impensable. Y fíjate ahora! Lo hemos logrado.
Ya se ha escrito mucho sobre la final de ayer; así que no voy a torrar con más cosas inútiles. Pero me gustaría destacar tres cosas que, a mi juicio, sobresalen en todo lo que ha tenido que ver con la final.
La primera es la dureza con la que jugaron los holandeses y el pasotismo del árbitro. Me parece de juzgado de guardia. Y creo que la culpa de todo esto es de la FIFA que no quiere meter mano al tema arbitral. Como muestra una imagen:



Un verdadero golpe de Kárate. Debió expulsar al jugador al principio del encuentro. Y encima se quejaban los holandeses. Y Sneijder dice ahora que perdieron por el árbitro... ¡¡¡Manda huevos!!!

El segundo aspecto que quiero destacar es el recuerdo del futbolista Jarque que tuvo Iniesta cuando metió el gol. En este país donde solo se habla de los muertos cuando mueren, y se olvidan fácilamente, es raro que alguien se acuerde de un compañero que murió ya hace tiempo. ¡¡¡Olé por Iniesta!!!

Y el tercer aspecto que más me ha llamado la atención y que más me ha gustado ha sido el beso de Iker Casillas a Sara Carbonero al finalizar el partido. Creo que ni ella misma se lo esperaba y así se queda, alucinada. Después de toda la caña que la prensa les ha dado, Casillas ha reaccionado de la mejor manera: callando y ofreciendo el título a su novia periodista. ¡¡¡Olé por Casillas!!!

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