
Y así empezamos. Poco a poco fuimos poniendo las chorradas que nos llegaban por mail o las que pirateábamos de otros blogs. De vez en cuando opinábamos sobre algún tema interesante. Personalmente, al principió pensé que esto iba a durar tres telediarios, pero le fui cogiendo el gustillo a eso de publicar y pronto intenté hacerlo cada 1 ó 2 días. Teniendo en cuenta las horas de trabajo y las horas familiares, quedaban poco ratos para bloguear. Y si a esto le sumamos que a mi lo de escribir me gusta pero se me da bastante mal, parir una entrada costaba demasiado. Creo que si los blogs fuesen hablados otro gallo cantaría.
¿De dónde he logrado sacar tiempo para el blog? De la TV, mejor dicho, de dejar de ver la TV. Tampoco es que antes la viese demasiado; pero un ratillo todas las noches siempre caía. Ahora ya no (el CSI de los lunes es sagrado).
¿Y de qué escribo? Pues de aquello que me preocupa o que me gusta y que puedo hacer público. Y como todo en la vida, va por rachas. A veces unas cosas, a veces otras… Algunos me tachan que escribo demasiado de política; ya ¿y? Es un tema que me preocupa y me hierve la sangre cuando veo la inutilidad, incongruencia y ganas de hacer daño de algunos. Por eso escribo de política. El día que lo que me preocupe sea la reproducción de las libélulas, escribiré sobre eso. Yo no pienso el tema de cada entrada. Me viene. Y cuando no me viene, no escribo y trato de poner algún chiste. Mil veces he empezado a escribir sobre otros temas, pero en seguida lo dejo y me veo incapaz. Me gustaría tener la facilidad de Suso o de Toi, y que me leyesen tropecientas personas. Pero no, no tengo ese don. Por lo que tendré que seguir hablando sobre lo que me brote en cada momento.
Hay seguidores del blog que me dicen que les aburre la política. No saben cuanto lo siento; pero si no hablo de eso, no sé de qué hablar. Posiblemente la mayoría de las cosas que escribo son una gilipollez; pero a mi me gustan y me relajan expresarlas por escrito y me ayudan a tener mis ideas más claras.
Como todo en la vida: quien no quiera leerme, que no lo haga. Siento si alguien se esperaba más del blog, pero es lo que hay. No me gustaría terminar sin pedir a todos los lectores que pidan a gritos la vuelta de Newman. El blog somos los dos y si alguno falta, se nota. No me apetece seguir si él no escribe. Así que ya sabéis: QUE VUELVA NEWMAN.