- Los que aprueban durante la semana se pueden ir a casa el sábado y volver el domingo. Bueno, pues no os podéis ni imaginar la cantidad de bodas de familiares de primer grado que hay los sábados por la mañana y todas a una distancia de 300 ó 400 kilómetros de aquí. Por supuesto, los niños tienen que salir el viernes para poder llegar a las bodas. Y yo, por supuesto, que me niego. Recuerdo un año que se casaba la hermana del niño en cuestión y luego resultó que el niño era hijo único.
- Los domingos tienen que volver a las 21 horas. Casi todos presentan síntomas febriles a medida que se acerca esa hora. ¿Será la gripe A?
- Los que lo de la boda no les da resultado, prueban lo del dentista los viernes. ¡La cantidad de dentistas que tiene que haber en Granada para satisfacer tanta demanda!
- Los que suspenden se quedan aquí el fin de semana, aunque la familia puede venir a visitarlos el domingo por la mañana. Pues resulta que el domingo al mediodía todas las familias celebran las bodas de oro de los abuelos, y claro, se tienen que llevar al niño a comer.
- Los niños tienen prohibido tener móvil. Si les pescamos con uno, se quedan sin salida el fin de semana y no se les devuelve hasta el último día. Esta de ahora pasó hace tres días. Abro la puerta de salida del colegio y me encuentro un cojomóvil (Nokia 5800 con pantalla táctil y la leche en bote) escogorciao en el suelo. Había caído desde una altura de dos pisos. Pregunto de quién es y la callada por respuesta. Al final sale el dueño y me dice que él no sabía que lo tenía. Pensaba que lo tenía en casa; fue a ponerse el pantalón y salió disparado del bolsillo. JAJAJAJAJA. Luego me enteré que lo tenía escondido en la almohada y en plena guerra de almohadazos... Se ha quedado este fin de semana aquí.
- Esta me pasó hace años. Pillé a uno hablando por el móvil en el váter. Le dije que abriese, y cuando lo hizo, lo veo con la escobilla intentando que el móvil colase por el desagüe para que yo no tuviese el cuerpo del delito y no lo pudiese castigar. Se quedó sin móvil y sin fin de semana.
domingo, 26 de julio de 2009
Anécdotas del internado (I)
La verdad es que convivir con 130 chavales de 12 a 18 años da para escribir un libro entero. Cada año ocurren las mismas cosas. Os comento algunas:
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
JAJAJAJAJAJA!!!!!!
¡ Qué pardillos!
Ya queda menos para que nos las cuentes en persona...un abrazo desde la ciudad donde nadie es forastero
menuda forma de sacrificar el móvil!
Publicar un comentario