viernes, 21 de octubre de 2011

A ti, que te alegras del cese definitivo de la violencia de ETA

Copio literalmente del Blog de Pablo H. Breijo lo mejor que he leído en las últimas horas sobre la gansada de ETA y sus socios socialistos.

¿Por qué debería de alegrarme? ¿Por qué debería de poner cara de felicidad plena? ¿Por qué debería de emular a algún líder político y declarar que estoy satisfecho? Hoy la banda terrorista ETA ha anunciado que cesa en su lucha armada. Y mucha gente está feliz con ese comunicado.


Una alocución como las de siempre. Con la serpiente, el hacha y las banderitas del pollo sobre fondo amarillo, las cadenas navarras y la copia de la Union Jack. La mesita con el mantel blanco que a buen seguro tendrá restos de cava, sidra o champán esparcido tras haber asesinado a una niña o a un militar que defendía a España.


Aparecen igual de ridículos que siempre. Con la boina negra que no les permite ampliar miras y con la capucha de cobardes… Cobardes que siempre van y fueron a lo fácil. A amedrentar, a disparar por la espalda, a lanzar una bomba incendiaria desde la distancia, a poner un artefacto explosivo en los bajos de un vehículo. Nunca de cara. Insultaría a las madres de los asesinos, pero a lo mejor no son como ellos.

En el vídeo emitido en la prensa, aparecen los tres asesinos con la capucha pero solamente habla uno. El del medio. Hace alusión a la conferencia de “paz” a la que han asistido estos días unos soplagaitas que han afirmado que saben cómo resolver una historia en la que solamente hay asesinos de una parte. No es una guerra, no se matan unos a otros, no disparan desde dos lados. Pero bueno, parece relevante mediáticamente pagar una suite, café, copa y puro a unos extranjeros para que opinen de lo que no saben. ¿Quién ha pagado esa conferencia? Pues usted y yo. Sí, con los impuestos que Bildu gestiona.

Gracias al PSOE, ETA ha entrado en los ayuntamientos del País Vasco. Sí, gracias al Partido Socialista Obrero Español, con todas las letras. Con total seguridad, los asesinos y sus cómplices lograrán algunos escaños en el Congreso de los Diputados el próximo 20 de noviembre. La maniobra es clara, los socialistas se apuntan el tanto y gran parte de la sociedad española aplaude la declaración manchada de sangre lanzada hoy por los asesinos. “Gracias al PSOE se disolvió ETA”, leeremos en los libros escolares dentro de medio siglo.

A ti, que te alegras del cese definitivo de la violencia de ETA, te diré una cosa. Yo no me alegro. No me alegro ni un ápice. El gobierno de España y el poder judicial –a quien me hable de Montesquieu le mandaré a tomar viento– se han arrodillado ante aquellos que llevan cuatro décadas asesinando a padres y madres de familia, abuelos, niños, adolescentes, jóvenes, mujeres, hombres, personas… Gente de bien asesinada por capricho.

Y a ti, que quizá estés bajo los efectos de la emoción, te diré que yo estaré feliz cuando los terroristas entreguen las armas, vayan a la Policía, sean juzgados sin influencias políticas, pidan perdón y reparen el dolor de las víctimas. Ansío por encima de todo un arrepentimiento sincero por parte de los asesinos. Y no lo hay.

Si es su final, ¿por qué no han aparecido sin capucha?, ¿por qué no han roto el cartel de ETA delante de la cámara? Me hace gracia cuando dice el cobarde del vídeo que “ETA, con esta declaración histórica, muestra su compromiso claro, firme y definitivo”. ¿Tan claro, tan firme y tan definitivo como las llamadas treguas-trampa? Es una mentira como las anteriores. Viva España, ETA no.

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