No sé definir lo que me ocurrió la semana pasada en el cine. Los Miserables. Me quedé pegado a la butaca. La película logró emocionarme. Hacía 23 años que no me ocurría esto con una película... fue con Cinema Paradiso. En aquella ocasión, acudí al cine dos días seguidos a verla.
Ahora ha vuelto a ocurrir. Una obra maestra. Disfruté como nunca y reconozco que se me llenaron los ojos de lágrimas hasta en tres ocasiones. No tengo palabras para decir todo lo que sentí. Vaya por delante que me encantan los musicales y más, si son tristes y un poco deprimentes.
Desde la primera canción a la última. Desde el primer actor, Hugh Jackman espléndido, hasta una actriz desconocida para mi, Samantha Barks, que aparte de cantar de maravilla, está de muy buen ver.
Mención especial para Anne Hathaway. Papel corto; sólo sale 20 minutos. Pero emociona de una forma increíble. Su interpretación de I dreamed a dream, debería ponerse en todas las escuelas de cine como ejemplo de llegar al corazón del espectador.
Un solo pero... Russell Crowe moriría de hambre si tuviese que dedicarse al mundo musical.
Fui al cine con New-Man. No le gustó. Nada de nada. Es más, se durmió. ¡¡Qué falta de sensibilidad!! Imagino que me quemará a comentarios negativos, pero me da igual. Cuando algo logra emocionarme, hay que hablar de ello. Creo que este fin de semana volveré a verla. Merece la pena.
Adjunto la canción cantada por la Hathaway... IMPRESIONANTE!!!!!!!
1 comentario:
Es que para ir a un musical hay que ir muy predispuesto. Yo de momento me reservo.
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