Hoy se cumplen cuatro años de la muerte de Juan Pablo II, un hombre santo. Millones de personas, católicos y no católicos, lloramos aquel 2 de abril de 2005 la marcha al Cielo de la persona que tanto había hecho por la humanidad y por la paz mundial. Pasarán muchos años y la gente lo seguirá recordando como un hombre bueno de verdad. Me atrevo a decir que no hay en todo el siglo XX nadie que haya influido en el mundo, para bien, tanto como él.
Mi tercer hijo tuvo la suerte de ser besado por el Papá y yo tengo la suerte de tener la foto de ese momento.
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