Como ellos saben mejor que nosotros lo que nos conviene, propongo que hagan una ley en la que se nos obligue a tomar a todos la famosa pastillita. Es más, por aquello de la igualdad, que no sólo la ingieran las mujeres, también los hombres. Y menos mal que no produce efectos secundarios, según declaraciones de las doctoras en medicina Jiménez y Aido.
Y si fallase la pildorita, que el Estado se haga cargo de los posibles hijos: que los vuelvan a todos homosexuales y los adoctrinen en EpC. Eso sí que los hará felices. Viva papá Estado (del PSOE, por supuesto).
Última hora: La ministra-doctora-investigadora Aido, ha dicho que la píldora no es abortiva. ¡¡¡Menos mal!!! Yo había oído a varios ginecólogos que sí lo era. Pero...¡qué sabrán ellos! No hay nada como estar informado.
Lo único que no entiendo es como va a evitar la píldora que me contagie el SIDA. Espera... no, no, no. Lo que evitaba el SIDA era el preservativo. Así que preservativo y píldora. ¿Y si la otra tiene también la gripe porcina? Mascarilla y guantes.
¡¡¡Coño!!! ¡Cada vez lo ponen más difícil!
1 comentario:
Al final sólo podremos pecar de "pensamiento"... aunque no creo, algo harán, suena demasiado eclesiástico para esta gentuza laica.
Publicar un comentario