España tiene construida su economía sobre tres pilares: el ladrillo, el sol y los coches.
Con el ladrillo el pelotazo lo pegaban unos pocos. Cuando se populariza el concepto, cuando llega al pueblo llano, hasta el mensajero aprende que va sacar más pasta en quince meses (comprando y vendiendo una casa) que lo que pueda ganar en toda su vida con el sudor de su frente.
Del sol ya se sabe. La España barata se ha convertido, con el euro, en la España pirata. ¿Quién no ha conocido un bar en el que un bocata de jamón pasó de costar 400 pelas a 4.00 eurazos? (cojonudo incremento del 66% el día 1 de enero de 2002). Los guiris con pasta decidieron pasarse con armas y bagajes a Bulgaria, Rumanía, Tunez,… Aquí nos quedamos con los de mochila y zapatilla.
Y si hay crisis, coches no se venden. Lo que nos faltaba.
Siempre hay algún gilipollas a quien le habían otorgado una VPO, y se metió también en un chalet (pagando sólo la entrada porque no tenía para más) para venderlo y hacer pasta. Les ha pillado la crisis, y ya ni vende el chalet, ni pueden hacer frente a los pagos de la VPO. Maldita especulación, maldita avaricia.
Ha estallado la burbuja inmobiliaria, y se están terminando y entregando las viviendas que se vendieron en el 2006. Las vendidas en el 2007 y 2008 son poquitas poquitas. Ahora les va a tocar apuntarse al paro obrero a los yesistas, electricistas, marmolistas... Todavía queda mucha traca por delante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario