¡Quedan dos meses y medio!

Justo hoy quedan dos meses y medio para que New-Man y Redford, acompañados por la hermanísima, la Nurse Coordinatory toda la tropa, se junten de nuevo en el paraiso. Serán quince días de paz, tranquilidad, buen comer y descansar. ¡Qué más se puede pedir!

Los que no conozcáis el sitio, está situado en la Ría de Muros en la provincia de La Coruña. Se llama Louro y, desde hace muchísimos años, es considerado el paraiso por los miembros de mi familia.

Una casita pequeña en la que nos juntamos durante el día 12 personas. Tan cerca de la playa que no merece la pena ni mearse en el mar; es más cómodo entrar en casa.

Sin horarios, nos dedicamos a dejarnos llevar por los acontecimientos playeros. Las tertulias, interminables, alrededor de un café, se suceden a todas horas. Las siestas playeras también hacen su aparición cuando menos las esperas. Horas y horas de lectura y buena música, bajo una sombrilla y sobre una cómoda silla.

Y lo más espectacular: la mariscada que prepara New-Man. No se puede explicar. Es inenarrable lo que siente el paladar degustando ese marisco delicioso. Comer hasta jartarse. Y todo regado por un magnífico Albariño que siempre se acaba antes de tiempo. ¿Sabéis lo que se siente al no poder comer más percebes? Esto se lo dedico a José María, que sé que le gustan un montón.

Pero no sólo de marisco vive el hombre. New-Man y la Nurse nos preparan ricos manjares de los que damos los demás buena cuenta. Los kilos de más que nos traemos, nos lo recuerdan todo el año.

Sin reloj, sin grandes obligaciones, niños sueltos que no dan demasiado la lata y se lo pasan maravillosamente bien.

Cotilleos tremendos los que nos traemos en la playa: las chicas con el culo Pepsicola por Mariano, los mirones sentados al borde de la playa, los modelitos y gorros de baño de Esther Williams, los cabreos de ésta con su nieto por que no obedece, los chulos madrileños, las pandillitas de quinceañeros que me traen a mal traer, las extrañas desapariciones de Ninasio, los lloros en galego de Juanito, los bocatas de nocilla, los sudokus, ... en fin, mil historias que hacen de esos quince días los mejores del año.

Lo peor de ese tiempo... que al final hay que volver. Espero que este año sea mejor que los anteriores y disfrutemos más que nunca. ¡Qué ganas!