domingo, 18 de enero de 2009

Asi lo veo. Segunda aproximación.

Creo que desde hace unos años nos hemos pasado de vueltas, y el que ha sido llamado caso Madoff es un claro ejemplo.El tal Madoff era un sujeto con muy buena reputación, avaricioso como él solo, que ofrecía un interés entre el 11 y el 12% en sus inversiones.

Podría servir de consuelo que sólo haya pillado a tipos con mucha pasta, pero el consuelo es falso. No sirve eso de “con su pan se lo coman”. No me lo creo. En España, sin ir más lejos, ha conseguido enganchar a algunos bancos, y nosotros acabaremos pagándolo.
Hasta hace nada en España teníamos un sistema financiero, el Presidente lo decía, a salvo de veleidades. Puro y limpio como patena. Algo así como los mejores pata negras de todos los pata negras posibles. Y de repente, de pronto, por sorpresa, y sin que nadie explique nada, el gobierno decide sacar a “subasta” 7.200 millones de euros para mantener(?) al sector bancario y comprar lo que eufemísticamente llaman “activos no contaminados”.
Si ya la primera no me cuadra, la segunda no tiene desperdicio: una vez anunciada la subasta, las entidades financieras exigen que esta sea secreta, no vaya a ser que se pierda la confianza en los bancos que acudan a la subasta. Y el gobierno pasa por el aro.Con mi pasta y la de mis vecinos, que salen de nuestros bolsillos y nuestros impuestos, el gobierno ¡¡presta a los bancos!! ¡¡de manera secreta!! Hay que joderse… (y ser tonto si piensas que los bancos capados por Madoff no van a acudir a las próximas subastas)

1 comentario:

Anónimo dijo...

prestan a los bancos Españoles, los cuáles son los más estables del panorama económico mundial a base del mantenimiento durante años de elevadas comisiones de servicios cobradas a los clientes (nosotros), que se han volcado a conceder hipotecas más o menos basura sin tener en cuenta la capacidad de pago a largo plazo del contratante con la variación del tipo de interés.
Encima, mientras mi caja (sí, caja, no banco) me cobra 4 euros mensuales por mantener mi cuenta con ellos en las que además tengo domiciliada mi nómina y se niegan a concederme un minipréstamo equivalente a la mitad de mi sueldo (seamos sensatos, tampoco voy a quedarme ahogada por pagar de golpe la mitad de mi sueldo). Al final he acabado reservando los XXX euros de préstamo equivalente a la amortización del préstamo que no me han concedido en un cajón, al menos me libro de pagar intereses. Ahora me quedo agobiada por tener que posponer algo tan necesario para el desarrollo de mi actividad laboral.
Pd: en cuanto cobro, dejo el dinero de los recibos y el resto me los llevo a un banco que no me cobra por hacer ingresos de esa cantidad y me regala la tarjeta de débito, jódase la caja.